miércoles, 23 de abril de 2014

Turquia, entre 2 mundos



Puente Fatih Sultan Mehmet, Estambul, Turquia
               Puente Fatih Sultan Mehmet - Une Europa con Asia 

Turquía para mi es un país en donde empieza o acaba algo importante. Ha sido el lugar en donde se han iniciado o han acabado varias expediciones de aventureros en la historia de la humanidad. Para mi hubiera sido ideal haber iniciado mi viaje de vuelta al mundo hace ya casi 5 años desde aquí si el sentido del viaje hubiese seguido las agujas del reloj empezando el recorrido por Asia y no por América. Después de 14 años de yo haber pisado suelo europeo por fin conozco su capital Estambul y parte del territorio de este inmenso país, dirigiéndonos  por tierra hacia el oeste a 7 horas de la capital hacia la provincia de Çanakkale en donde nos alojamos en un pueblo que actualmente se conoce como Behramkale en donde se encuentran las ruinas de la mítica Assos y a unos pocos kilómetros  de la aún más mítica Troya.

Recorrido desde Estambul a Behramkale (Assos) Turquía.
Recorrido desde Estambul a Behramkale (Assos) 

La idea de este articulo es plasmar con palabras y algunas imágenes, en la medida de lo posible, cuales han sido mis sensaciones en estos 10 días de viaje, sin dar muchos detalles históricos, turísticos, estadísticos, etc, ya que para todo esto ya existen varios sitios en Internet en donde se puede obtener valiosa información.

Los primeros 4 días Nicola (mi compañera de viaje y vida)  y yo nos dedicamos a conocer parte de la ciudad de Estambul. No voy a ir día por día ya que no se trata de mi diario en Estambul, si no  mis perfecciones en general. Llegué muy temprano por la madrugada y me encontré con una ciudad desierta, vacía y muy tranquila. La mini van nos llevo desde un moderno y gran aeropuerto el "Mustafa Atartürk" a la zona turística por excelencia Sultanahmet  en donde nos quedamos en el Grand Península hotel. Al haber llegado mucho antes de la hora en la que nos entregarían la habitación decidimos aprovechar y caminar por la zona que en ese momento se encontraba sin tumultos de turistas. Lo primero que nos impacto al salir del hotel fue el encuentro con la colosal Mezquita Azul iluminada completa con sus 6 minaretes/alminares que la rodean apuntando cuales lanzas al cielo. Justo en frente y sólo separado de la plaza Sultanahmet pudimos ver la no menos impresionante iglesia/mezquita convertida en museo llamada Hagia Sofia, estas 2 preciosidades creadas por el hombre nos recibieron en una madrugada de sábado a domingo, con el buen presagio de la calma que trasmitían los hosteleros al barrer y preparar sus locales para luego atender a la estampida de turistas que unas horas más tarde iban a llenar las calles de la ciudad.
Mezquita Azul, Estambul, Turquia
Mezquita Azul, Estambul, Turquía.




















Hagia Sofia - Estambul, Turquia
Hagia Sofia - Estambul, Turquía




















Estambul sin lugar a duda posee un sistema de transporte lo suficientemente efectivo para soportar la carga de sus habitantes y los turistas que la visitan. Este sistema básicamente se compone de una red de tranvías, junto con lineas de metro y flotas de buses urbanos con varias líneas a diferentes zonas de la ciudad. Sin embargo y después de un reparador descanso nos sentimos con fuerzas suficientes como para ir a pie hasta el otro lado de la ciudad separado por el llamado Cuerno de Oro  que sirve de bahía y atracadero de varios ferris y embarcaciones turísticas que ofrecen tours por el río Bósforo,  bien sea río arriba hacia la desembocadura con el mar negro o bien hacia el sur parando en 4 islas (Kinali, Burgaz, Heybeli y  la cuarta y última del recorrido Buyuk  o Prince´s Island) hacia el mar de Marmara. Este pequeño istmo esta unido entre otros por el puente Galata. Justo antes de cruzar el puente se encuentra otra de las principales mezquitas de la ciudad la Sultan Selim Cami. En la parte de arriba del puente y a ambos lados pudimos ver como varios pescadores se encuentran aglutinados pacientes con sus cañas de pescar esperando que piquen peces que le sirvan bien para su propio consumo o si se da una buena pesca para vender a los puestos ambulantes de bocadillos de pescado a la barbacoa que se encuentran en las orillas del cuerno de oro.

Puente Galata, Estambul,  Turquia.
Puente Galata, Estambul,  Turquía.
 Por cierto, el recepcionista de nuestro hotel,"Saba" - abreviación de su largo nombre - nos contó que el pescado que vendían allí no era realmente del río si no que era traído de Noruega. De cualquier manera, y sobre todo los fines de semana, existe una gran aglomeración de cañas de pescar sobre el puente. Abajo del puente se encuentran bastantes restaurantes de comida turca con vista a la bahía con su respectivo comercial/relaciones públicas turco (los mejores del mundo) y no tan cansinos como los comerciales indios, que te animan a probar la comida de su restaurante, supuestamente mejor y diferente al de al lado.

Al pasar al otro lado del puente y subiendo una cuesta - que me recordó por sus adoquines y ambiente a las cuestas que se suben al ir hacia el barrio de El Albaicín en Granada, España - se encuentra la torre Galata desde la cual se puede tener una panorámica de casi 360º de Estambul muy recomendable para hacer fotografías de la ciudad. Pasando la torre Galata buscamos la larga y siempre concurrida calle Istiklal que significa libertad en turco, calle con varios  negocios y restaurantes equivalente a una mezcla entre la calle Preciados y la Gran vía de Madrid. Por esta calle pasa un Tranvía rojo viejo ahora utilizado para propósitos turísticos y cuyo punto final es la conocida Plaza de Taksim o Taksim Square.
Plaza Taksim, Estambul, Turquía
Plaza Taksim, Estambul, Turquía
Antes de estar en esta plaza  me la imaginaba muy diferente de lo que me la encontré. Yo imaginaba encontrarme con un ambiente completamente reivindicativo, de protesta, con carteles reclamando más libertad, a la gente reclamando y por otro lado gran cantidad de policías a la espera de cualquier desorden creando una ambiente tenso. Pero me encontré con una plaza bastante ordenada, con poca gente concentrada alrededor de la plaza, con unas coronas de flores homenajeando al monumento, una plaza más turística con cafés alrededor que reivindicativa con manifestantes en marchas con pancartas. Al llegar al hostal se lo comentamos a nuestro otro recepcionista del turno de la tarde-noche al que yo llamaba bigotes al no enterarme de su nombre y nos dijo que las manifestaciones se estaban haciendo los martes.

De vuelta al gueto de turistas en Sultanahmet nos encontramos con otras 2 atracciones turísticas  que se encontraban muy cerca: El museo Palacio Topkapi - con su Harem incluido y la Cisterna o Yerebatan Cistern.  El primero es un palacio enorme con espléndidos jardines en donde los sultanes Otomanos del antiguo imperio Otomano vivían  y en donde vivían sus esposas a quienes escogía en un Harem que tenia al lado del castillo. Al ver eso y oír la explicación de la audio-guía fue que comprendí el origen y verdadero significado de lo que es un Harem de mujeres. En este museo se pueden ver joyas que ni en mis sueños más surrealistas podría visualizar. Estos sultanes hacían de todo una joya: relojes, sellos, sillas, tronos o lo que fuera estaba hecho de oro y piedras preciosas. Algunas de las cosas que me llamó más la atención fue que tenían el palo que supuestamente sirvió de bastón a Moises cuando separó los mares, los restos de la barba y cabello del profeta Mahoma, y un relicario que supuestamente perteneció a San Juan Bautista. Seguramente habrían muchas otras cosas importantes para la historia de la humanidad allí adentro y que no me percaté, y afortunadamente muchas fueron devueltas del saqueo que hicieron de estas reliquias los nazis en la segunda guerra mundial. En cuanto la Cisterna, es algo así como encontrarse con la entrada a un parking de vehículos subterráneo en cualquier plaza de cualquier capital del mundo pero que le pusieran una taquilla de entradas, pósters turísticos, y un café con recuerdos turísticos pero en vez de automóviles nos encontramos con pozos subterráneos con columnas de épocas que se remontan a antes de Cristo de culturas que dieron orígenes a los romanos y donde se puede ver cual estrella de rock a dos caras esculpidas en las columnas de la famosa Medusa. Debo reconocer que pasé varias veces por la "entrada del parking subterráneo" y nunca me percaté de lo que era hasta que fui a hacer la cola para entrar.

No muy lejos de allí teníamos varios días pasando por a las que yo llamaría las joyas de la corona en la arquitectura de Estambul, que son la Hagia Sofia y la Mezquita Azul. Desde que nos recibieron no nos habíamos atrevido a entrar en ellas, tal vez con el miedo de poder perder el encanto completo a la ciudad una vez conocido su interior. Finalmente nos dignamos a hacer la cola para entrar a la Hagia Sofia, la cola siempre es larga pero corre rápido, inclusive contando con el hecho de que existe una maquina automática adicional a las taquillas presenciales, que provee de las mismas entradas pero a la mayoría de los turistas excepto a nosotros y a una pareja de turistas americanos que no entendían porque la gente hacia la cola habiendo una maquina en perfecto estado. Finalmente, una vez pasados los torniquetes y antes de entrar intentamos ver algunas ruinas que se encuentran fuera de la iglesia siguiendo las observaciones de la audio-guía, pero nos fue imposible ya que sobre ellas o muy cerca de ellas se encontraba la cafetería, los baños o un deposito de columnas que se estaban reformando. Dentro de la iglesia  fue impactante ver 4 enormes discos de madera que contenían un escrito en árabe del símbolo de Allah y del Sultán Mehmet Fatih "El conquistador" que tomó esta iglesia católica en 1453 junto al resto de la Constantinopla del derrocado imperio Bizantino. Para mi sorpresa, vi como los conquistadores musulmanes en vez de destruir la iglesia la reconvirtieron en mezquita aprovechando los bellos mosaicos bizantinos haciendo algunas leves correcciones en ellos como la eliminación de cruces, etc. Al salir de la antigua iglesia de Santa Sofia y cruzar los jardines de la plaza de Sultanahmet oyendo los rezos cantados o recitados del Corán nos dispusimos a entrar a la maravillosa Mezquita Azul. Este es un templo gigantesco, imponente creado por humanos para orar a un ser superior, Allah. Para mi lo más interesante de la parte interior de la mezquita fue ver sus fieles seguidores rezar en lo que yo entendí era el equivalente a una misa para los católicos. Antes de entrar los musulmanes tienen un rito que siguen meticulosamente. Primero llegan a una fuente que se encuentra en el medio de una especie de plazoleta interna que  aunque se encuentra dentro del amurallado de la mezquita no termina de estar dentro del sagrado recinto. En esta fuente se lavan bien los pies para despojarse de todas la impurezas físicas y espirituales que se tienen en el mundo exterior.Una vez dentro de esta mezquita existe un área para los fieles musulmanes que van a rezar. Estos a su vez se subdividen, las mujeres con las cabezas cubiertas están todas de un lado y los hombres agrupados en otro. En el grupo de los hombres se nota que los mayores tienen preferencias para estar en las filas delanteras del grupo que forman. Existe un área perfectamente demarcada para los turistas y/o infieles de la cual no se puede pasar, en este grupo al cual pertenecíamos, se nos pedía a todos despojarnos de nuestros zapatos para lo cual se encontraban disponibles bolsas plásticas para entrar con ellos puestos en la bolsa, las mujeres tenían que tener cubierta la cabeza y no se les permitía entrar si estaban, digamos, ligeras de ropajes. Cuando estuvimos durante la misa fue impresionante ver como se coordinaban al rezar, particularmente sentí mucha paz y tranquilidad dentro. Físicamente encontré que en general en todas las mezquitas hay mucho espacio, con prácticamente ausencia de mobiliario. Particularmente no quise hacer fotos por respeto, pero si estaba permitido tomar fotos dentro y habían varios turistas que lo hacían. Al final y aunque suene un poco frío estoy de acuerdo con lo que mi querida rubia esposa comentaba "Las Mezquitas son arquitectónicamente por fuera como una gran cascara de una fruta exótica y bella, pero casi vacía por dentro. "
Interior Hagia Sofia, Estambul, Turquía.
Interior Hagia Sofia, Estambul, Turquía.
Con todos los monumentos hechos en Estambul, por lo menos para nosotros (porque existen muchísimos más)  sólo nos quedaba pasar por el Grand Bazaar y navegar el río Bósforo en las embarcaciones turísticas. Pasamos tímidamente por el Grand Bazaar, y al menos yo tuve una impresión parecida a la que tuve con Taksim Square, me esperaba algo más espontáneo, aunque me pareció colorido lo vi demasiado moderno y organizado para ser un mercadillo bazar en donde el regateo es un gesto de buena educación.

Grand Bazaar, Estambul, Turquía
Grand Bazaar, Estambul, Turquía









Los cruceros se tomaban en la bahía en el Cuerno de Oro. Hay varios tipos de cruceros marítimos. Nosotros tomamos 2. El primero hizo un recorrido que duro una hora y media  a la ida y otra hora y media a la vuelta por cuatro islas que se encuentran ya en el Mar de Marmara (Kinali, Burgaz, Heybeli y Buyuk o Prince´s Island) . Nos bajamos en Prince´s Island, la más grande de todas la islas, pero la que a mi juicio, en época no turística o temporada baja es la más muerta de las 4. Digo esto a pesar de no haber estado en el resto de las islas, pero al haber visto un gran cantidad de casas grandes viejas que en su momento fueron lujosas pero que actualmente se están cayendo. Lo mejor de esta isla es que prácticamente no hay autos ni vehículos la gente se mueve en carros remolcados por caballos o bicicletas. El segundo crucero duró 1 hora y media en total sin bajarse de la embarcación yendo hacia el norte del río vía al Mar Negro pasando por debajo de los 2 puentes que unen Europa con Asia: el primero el Bogaziçi y el segundo el Fatih Sultan Mehmet en donde la embarcación da la vuelta y se devuelve a su punto de origen. 

Buyuk - Prince´s Island, Turquía
Buyuk - Prince´s Island, Turquía.
Para finalizar nuestro viaje nos dimos una escapada  al oeste del país en las costas del Mar Egeo. Nos fuimos en autocar nocturno desde Estambul y tomó aproximadamente unas 7 horas ida y otras 7 de vuelta. El autocar se dirigió  a la provincia de Çanakkale y tuvo que subirse a un ferry para cruzar el famoso estrecho de Dardanelos que separa la península de Galípoli en Europa de la  ciudad de Çanakkale ya en Asia. Esta zona ha sido escenario de varias guerras, la más reciente una incursión muy accidentada y trágica por parte de los aliados en la primera guerra mundial. El autocar siguió su camino de 1 hora 30 hasta la estación de buses Ayvacik en donde nos bajamos a 17 kilómetros de nuestro destino final que era Behramkale cerca de las ruinas del antiguo asentamiento de Assos. Ya en el recorrido desde Çanakkale a Ayvacik me di cuenta del cambio al entorno rural, al campo, a lo verde que poco a poco se iba mezclando con el azul del mar que se iba acercando.

Estación de Autobuses de Ayvacik, Turquía
Entrada de la estación de Autobuses de Ayvacik, Turquía
Lo mismo ocurría con la gente que allí vivía, a diferencia de la gente en Estambul, el bilingüismo  Turco/Inglés desaparecía casi por completo y se nos hizo más difícil comunicarnos, lo cual de alguna manera fue complicado pero al mismo tiempo más divertido ya que nos comunicábamos a través de señales y onomatopéyicas  expresiones tipo !muuu! o !meeeee!. para referirnos a vaca y cordero respectivamente. La gente también  es más inocente e informal, de eso me pude dar cuenta no más llegar al pueblo donde tomamos la mini van que nos llevó al hotel ya que después de esperar a que se llenara de pasajeros el conductor finalmente arrancó y ya cuando íbamos saliendo del camino sonó su teléfono móvil con la llamada de una pasajera de la que se había olvidado y al instante se dio la vuelta y la fuimos a buscar, ¿cuándo pasa esto en las grandes ciudades? que maravilloso. Nuestra odisea, nunca mejor dicho por la cercanía a leyendas míticas ocurridas en sitio cercanos a donde nos encontrábamos, ya que nuestro hotel quedaba en la playa a 5 kilómetros de donde nos había dejado el buen hombre llamado Mehmet como el Sultan conquistador de Constantinopla. Mehmet nos dejo estratégicamente en el punto en donde un automóvil blanco se encontraba presto a ofrecernos una carrera directo a nuestro Assos Troy hotel del cual íbamos a hacer los primeros clientes de la temporada vacacional 2014 y sus únicos huéspedes.

Con Jazmín, nuestra anfitriona en el hotel Troy Assos
El mismo día fuimos a visitar las ruinas de Assos y teníamos que ir caminando al pueblo de Behramkale  al que teníamos que ir caminando a unos 5 o 7 kilómetros ya que no teníamos vehículo propio.

Ruinas de Assos, Turquía
Ruinas de Assos, Turquía
Al otro día tomamos un taxi a Troya, la cual se ha convertido en un centro arqueológico-turístico de lo que fue la antigua y mítica ciudad protagonista de la Iliada de Homero. Llegamos en el taxi hasta una especie de garita/barra de seguridad en donde compramos las entradas para entrar al complejo. De allí al inicio del circuito arqueológico habrían unos 200 metros que hicimos a pie hasta encontrarnos con la monumental réplica del famoso caballo de Troya hecho de madera. Todo el complejo arqueológico tenia las descripciones de cada parte de las ruinas, pero si no hubiese sido por una maqueta que explicaba lo que fue la antigua ciudad amurallada con sus respectivas terrazas con niveles de altura que también servían para jerarquizar las clases sociales, no hubiera podido saber que allí alguna vez existió  tal asentamiento tan bien definido. Sólo los anfiteatros se salvaban de poder imaginar que alguna vez hubo representaciones artísticas/musicales y un público sentado en las gradas que aplaudía o no el espectáculo con un mar Egeo de fondo que ha perdido bastante terreno con respecto a la tierra a lo largo de todos estos siglos.
Behramkale, Turquía

Puerto de Behramkale, Turquia
                                                                                                                         Afortunadamente, la bondad y la buena voluntad de la gente local quienes paraban y nos llevaban  cuando nos veían con el dedo gordo hacia arriba haciendo auto-stop en medio de la carretera. Comimos y visitamos Behramkale a través de sus calles de piedras hasta llegar a la cima de la montaña llegando a las impresionantes ruinas de Assos.


Luego bajando hacia el mar se encuentra el puerto y la bahía del pueblo cuyas casas de piedras hacen contraste con el mar lo cual han aprovechado algunos hoteles boutique para promocionar sus instalaciones. Al otro día, decidimos ir a Troya desde nuestro hotel de playa en Assos que esta a unos 67 kilómetros de donde nos encontrábamos, alquilamos un taxi cuyo conductor se llamaba Hasis quien hablaba solo turco y nos llevo por unas vías internas en donde supuestamente se encontraba un punto de interés  que eran las ruinas de un antiguo puente llamado "El puente de Alexandria" sólo encontramos piedras y nada lo  más remotamente parecido a un puente. Seguimos nuestro camino hasta llegar a Troya que ahora es un centro arqueológico-turístico de lo que fue la antigua y mítica ciudad protagonista de la Iliada de Homero. Llegamos en el taxi hasta una especie de garita/barra de seguridad en donde compramos las entradas para entrar al complejo. De allí al inicio del circuito arqueológico habrían unos 200 metros que hicimos a pie hasta encontrarnos con la monumental réplica del famoso caballo de Troya hecho de madera. Todo el complejo arqueológico tenia las descripciones de cada parte de las ruinas, pero si no hubiese sido por una maqueta que explicaba lo que fue la antigua ciudad amurallada con sus respectivas terrazas con niveles de altura que también servían para jerarquizar las clases sociales, no hubiera podido saber que allí alguna vez existió  tal asentamiento tan bien definido. Sólo los anfiteatros se salvaban de poder imaginar que alguna vez hubo representaciones artísticas/musicales y un público sentado en las gradas que aplaudía o no el espectáculo con un mar Egeo de fondo que ha perdido bastante terreno con respecto a la tierra a lo largo de todos estos siglos. 

Caballo de Troya de madera en las ruinas de Troya.
Caballo de Troya de madera en las ruinas de Troya.
Después de ver las ruinas en Troya volvimos a Assos a nuestro hotel. El recorrido en el taxi fue bastante bonito y relajante; todo lo que nos rodeaba era verde, rural, y con el azul del mar al fondo - rebaños de ovejas cruzando las carreteras con sus pastores, vacas pastando en fincas, cultivos de olivos, tomates, etc -  de ahí salía  nuestro rico desayuno y demás comidas del día. Al llegar al hotel Assos Troya cenamos ligero y hablamos con nuestra simpática anfitriona Jazmín quien muy amablemente nos atendió. Dispusimos todo para nuestro regreso a Estambul al día siguiente. Antes de volver en nuestro autocar nocturno a la antigua Constantinopla hicimos una parada en la ciudad de Çanakkale, allí pasamos medio día. Es la primera ciudad que esta del lado asiático del estrecho de los Dardanelos. Tiene una curiosa fortaleza en forma circular que alguna vez protegió a la ciudad de las invasiones extranjeras. A lo largo de su paseo marítimo se puede ver de nuevo una replica del caballo de Troya de madera, esta vez la replica que utilizaron en la super producción de Hollywood  Troy en donde Brad Pitt interpretó el papel de Aquiles.
Comimos y cenamos en un mismo restaurante cuyo nombre "Hangover" evocaba sensaciones más occidentales. A parte del nombre, llegamos a un punto en el viaje en el que necesitábamos otra cosa distinta a la comida y el ambiente turco y este lugar aparte tenia un aire juvenil/estudiantil que resulto ser como un bálsamo para nosotros. En general la ciudad nos trasmitió esta sensación y contrariamente a lo que yo pensaba al estar en la parte asiática encontré  más gente joven y un aire más moderno en esta ciudad portuaria. Al final del paseo marítimo estaba la única mezquita que habíamos visto en la ciudad. Vimos el atardecer sentados en el paseo marítimo  oyendo los cantos de los versos del Corán que salían de los altavoces colocados en la mezquita, fue una agradable sensación de tranquilidad guardada para el recuerdo.

Bahia de Çanakkale, Turquía
Nuestro último día en Estambul fue de tranquilidad y descanso. Fue nuestro último desayuno en la terraza con el fondo del Bósforo en nuestras pupilas. Probamos por última vez el saludable pero potente desayuno Turco con quesos frescos, yogures, aceitunas aliñadas, tomate, pepino, pan rústico,etc. Descansamos todo el día dentro de nuestra habitación en nuestro hotel Grand Península y yo mientras descansaba comencé a escribir este post. En la noche habíamos con Nazli, una amiga turca quién trabajó conmigo en Madrid. Por fin, aunque por unas pocas horas habíamos logrado quedar con una persona oriunda de Estambul, una ciudadana de Estambul, alguien que no nos estuviera vendiendo un paquete, un destino o dándonos una recomendación desde la recepción de un hotel. Con ella quedamos en la larga y  transitada calle Istiklal.

Istiklal street and tram, Istanbul,Turkey
En la calle Istiklal y su tranvía turístico detrás y con mi bigote turco
curiosamente la gente me hablaba en turco porque tal vez pasaba por uno.
Esta vez esta calle si estaba bastante transitada, claro era más tarde y la gente se veía más animada. Antes de encontrarnos con mi amiga entramos a una exposición de arte gratuita de pósters del artista polaco Henryk Tomaszewski. Una vez localizamos a Nazli ella enseguida se metió por una de esas calles laberínticas aledañas a la calle principal y nos llevó a un restaurante con bastante encanto que se llama Zencefil, su especialidad era vegetariana, buenos vinos y ricos postres. Después de cenar salimos a tomar un café a otro sitio con mucho encanto llamado Ara, el nombre de pila de Ara Güler  dueño del local y  famoso fotógrafo turco que nunca se canso de fotografiar a la bella Estambul; el local esta lleno de sus fotografías más emblemáticas en blanco y negro. Justo al lado se encuentra la Escuela Galatasaray, que según nos contó Nazli es una escuela con mucho renombre a la que no todo el mundo puede ingresar. Desde hace muchos años un convenio educativo con Francia ha dado una gran reputación a esta escuela de donde han salido grandes políticos y empresarios. Llego el momento de la despedida a Nazli. Aunque fueron pocas las horas que nos vimos y a pesar de tener ya casi 3 años desde la última vez que la había visto en Madrid su sonrisa contagiosa y casi perenne seguía con ella como si el tiempo no hubiera pasado, me alegré mucho de poder verla y poder compartir de su compañía con Nicola.

Tunel,Estambul,Turquía
Vista del Tunel en Estambul,Turquía
Antes de abandonar esa zona de la ciudad íbamos a volver montados en otro de las atracciones históricas intrínsecas de la ciudad, esta vez en su transporte público, el llamado Tunel, una especie de viejo funicular subterráneo construido en una pendiente que une la estación de Karakoy con Beyoglu (el equivalente a la linea R de enlace entre Principe Pio y Opera en el metro de Madrid). El túnel ha cumplido 139 años desde que fue puesto en funcionamiento con una reforma en 2007, la ciudad de Estambul presume de tener según ellos el segundo "tren" subterráneo más antiguo del mundo.

Foto de Mustafa Atartürk
Tomada de Wikipedia.
En  Estambul y en Turquía en general existe un personaje que se encuentra presente en prácticamente todos los rincones del país desde el mismo momento en el que se llega al aeropuerto principal, este personaje es Mustafa Kemal Atartürk, paradójicamente nacido en Salónica, Grecia y el fundador de  la moderna república turca creada en 1923. Finalmente llegamos a nuestro gueto de turistas  y directo a nuestro hotel a dormir unas pocas horas y a esperar el transfer en la madrugada hasta el aeropuerto.

 Estambul se despidió de mi tal y como me recibió, por la madrugada, sin gente en sus calles, el sonido de gaviotas y cuervos, su espectacular mezquita azul iluminada , la negritud y calma de  las aguas del Bósforo a sus orillas iluminado tan solo por la luna, el canto de los primeros versos del Corán del día, la fresca brisa de la madrugada, el olor a castaña quemada y especies, sensaciones para todos los sentidos. Sin lugar a duda me sentí en un sitio especial, una ciudad en donde conviven varias culturas y religiones, pasado y presente, comienzo y final, la ciudad que alguna vez llegó a ser la capital de la parte oriental del imperio Romano,  la conexión entre Europa y Asia, dos continentes, 2 mundos en un país: Turquía.




1 comentario:

  1. Que gran viaje amigos! y que buen relato, dan ganas de subirse a un avión y partir a conocer esos rumbos. Muy buen articulo!! Cariños desde Argentina

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